Hay varias cosas que decir respecto del uso pedagógico de los crucigramas.
En primer lugar creo que está claro que la completación de crucigramas dificilmente va a desarrollar habilidades superiores como la síntesis, el análisis o la evaluación. Para ello existen otros tipos de actividades que cada profesor conoce. Sin embargo, este instrumento sí que ayuda a desarrollar otras habilidades más básicas que contribuyen a las primeras. Me refiero por ejemplo a la concentración, la memoria y el incremento del vocabulario.
Por otra parte, el trabajo con crucigramas tiene la particularidad de ser una actividad multidisciplinaria, puesto que no sólo debe encontrar palabras relacionadas con un tema específico, sino que también incluyen términos de química, lenguaje, biología, inglés, matemática, etc. Por lo tanto su aporte se ramifica a diversas asignaturas.
Por último, he comprobado que en general la completación de crucigramas se convierte en una actividad entretenida y motivadora para la mayoria de los estudiantes. Según la dificultad de los mismos y el nivel de conocimiento de los estudiantes, conviene ir incorporándolos de a poco en las estrategias pedagógicas. Al principio se pueden resolver en grupos, con material en mano, para llegar, eventualmente, a resolverlos en forma individual sin material de apoyo. Esto lo determina cada profesor según la realidad de sus cursos. En lo personal, casi siempre los aplico al final de un gran tema, como una manera de evaluar (no siempre calificar) el manejo de los conceptos básicos relacionados con el mismo.